Por fin puedo dedicar un poco de tiempo al blog. Ya han pasado mis vacaciones y vuelvo a la vida "normal". Después de tantos novios fofuchos, me apetecía hacer algo diferente y que me tenía fascinada, como todo lo que se hace con este material, desde hace mucho tiempo.
Yo soy una enamorada de la cocina, ya que me parece, que es de las pocas cosas que hay que hacer cada día en el hogar, que te permite ser creativa. Me encanta hacer tartas, y me encantan los cupcakes, tanto que hace un par de años cuando viajé a Nueva York fui a comerlos a un sitio muy conocido allí que se llama Magnolia bakery, esta es una fotografía de la caja en la que ponen los pasteles, (aún conservo en mi casa la mía "vacía claro"). Si cierro los ojos todavía recuerdo lo que disfruté comiéndomelo.
Este es mi homenaje a estos pastelitos, que tanto me gustan, espero que a vosotr@s os gusten los míos.
¡ Hacerlos me ha gustado casi tanto como comérmelos!